La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y su Protocolo Facultativo fueron aprobados el 13 de diciembre de 2006 ,en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Actualmente 153 países han firmado la Convención y 112 la han ratificado, lo que permitió que el 3 de mayo de 2008 entrara en vigencia.

Antes de la Convención no existía una normativa que atendiera las necesidades de las personas con discapacidad, quedando  invisibilizados, aun cuando conforman la minoría más grande. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, alrededor de 650 millones de personas viven con algún tipo de discapacidad. Ante esta realidad, la Convención se creó como un instrumento de derechos humanos y se reafirmó que todas las personas, con todos los tipos de discapacidad deben gozar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Algo muy importante es que se aclara y precisa cómo se aplican a las personas con discapacidad todas las clases de derechos, se indican las áreas en las que es necesario introducir adaptaciones y en las que se debe reforzar la protección de los derechos, para que las personas con discapacidad puedan prácticarlos en forma efectiva.

El propósito de la Convención, dijo Don MacKay, Presidente del comité que negoció la convención, es estipular en detalle los derechos de las personas con discapacidad y establecer un código de aplicación. Los Estados que firmaron la Convención se comprometen a aplicar las políticas, leyes y medidas administrativas necesarias para hacer efectivos los derechos.