Un cálido saludo para todas las mujeres con discapacidad y sin discapacidad que este 8M, nos reunimos para hacer sentir, de nuevo e incansablemente nuestras voces, que son voces que demandan justicia para una vida con dignidad para las mujeres.
Las mujeres con discapacidad conmemoramos este 8 de marzo en un contexto económico, social y político lleno de adversidades: el alto costo de la vida, el desempleo, la inseguridad alimentaria, destrucción del medioambiente y, sobre todo, enfrentamos la omisión de toda acción que nos proteja como mujeres y niñas con discapacidad o como mujeres cuidadoras. La inexistencia de acciones, programas y políticas estatales que reduzcan la desigualdad nos condena claramente a la pobreza y marginación social.
Vemos a diario cómo desde el Estado se publicitan grandes obras de infraestructura, mientras que el desarrollo humano en general y, en particular de mujeres y niñas, no forma parte de las prioridades del gobierno.
Como mujeres realizamos diariamente y 24 horas al día, labores de cuidadoras sin ningún reconocimiento a nuestro trabajo, simplemente porque es interpretado como un obligado gesto afectivo y no un trabajo en el que nos dejamos la vida.
En nuestro país, se cuenta con una Ley Especial de Inclusión, un instrumento de respaldo jurídico que obliga al Estado a garantizar los derechos de mujeres y niñas con discapacidad y sus familias, sin embargo, desde su entrada en vigencia en 2021, se ha trabajado, en las instancias gubernamentales, para convertirla en un documento sin ningún impacto en nuestras vidas, se ha hecho de todo para que no pase de ser simple papel impreso. A este momento se suman varias prórrogas, ausencia de reglamento de aplicación y una propuesta de reformas, todo esto con el beneplácito o silenciosa complicidad del CONAIPD, que ha tirado a la basura su papel rector en la garantía e implementación de la Ley Especial de Inclusión.
Somos aproximadamente, el 53% de mujeres en este país, lo que equivale a más de 3 millones de mujeres. Es inconcebible, que más de la mitad de la población esté desprotegida, y todavía es más preocupante que ni siquiera tengamos estadísticas del total de mujeres y niñas con discapacidad, esto demuestra que la exclusión tiene rostro de género.
En este 8 de marzo de 2025, exigimos al Estado salvadoreño que, de una vez por todas, implemente la Ley Especial de Inclusión, respetando sus compromisos adquiridos a nivel internacional en materia de garantía y protección de derechos. La exclusión, la indiferencia, el no reconocimiento de las mujeres y niñas con discapacidad nos condena a permanentes hospitalizaciones, al dolor y a la muerte.
Las mujeres y niñas con discapacidad tenemos derecho a una vida libre de barreras.
Exigimos no más exclusión, exigimos Ley Especial de Inclusión.
“Asociación Los Angelitos”